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Foto del escritorCeci C - Beauty Editor

Corrector vs Iluminador: aclaramos tus dudas



El corrector es el producto más solicitado por las argentinas pero también el que más dudas genera. ¿Cómo aplicarlo? ¿Cuál es mi color? ¿Es lo mismo que un iluminador?


Ya hablamos de cómo mejorar la apariencia de los párpados para combatir las ojeras, ahora es el momento de aprender a maquillarlas correctamente. Por eso previamente hablamos de la importancia de tu tratamiento diario para el contorno de ojos, ya que el éxito de la durabilidad y naturalidad de tu corrector depende de este paso, ¿lo sabías?

Vale aclarar que el corrector es un producto multiuso y no es exclusivo para el contorno de ojos, si bien la razón principal por la que lo adquirimos es para neutralizar las ojeras también nos sirve para emparejar manchas u otras irregularidades de la superficie del rostro.


Por suerte hoy en día nos encontramos con infinidad de texturas, colores y correctores que a su vez complementan el tratamiento, pero ¿qué pasa cuando nos ofrecen un corrector o un iluminador? Los primeros sirven para cubrir ojeras y algunas imperfecciones como granitos o manchas en la piel debido a que su textura es bien densa e hiper pigmentada, mientras que los segundos son utilizados para destacar algunas zonas del rostro porque captan y reflejan la luz, su textura es mucho más liviana y, generalmente, donde se aplica uno no se aplica el otro, es decir se complementan, pero no se superponen.


Tanto el corrector como el iluminador son gran aliados de belleza que ayudan a rejuvenecer e iluminar la mirada, pero pueden ponerse en tu contra si no los utilizas correctamente. Esa foto en la que tu amiga tiene un extraño halo blanquecino debajo de los ojos es una clara muestra de los clásicos errores que suelen cometerse a la hora de elegir la tonalidad idónea o la cantidad de producto. Por no hablar de aquellas ocasiones en las que se cuartea y acaba marcando las líneas de expresión empeorando la situación.


Entonces, ¿cómo sacar mejor provecho a cada uno?

Corrector

  • Preparación: Para que el corrector quede natural y perdure por más tiempo en la zona de la ojera el primer paso es hidratar el contorno de ojos. Parece obvio, pero aún hay muchas mujeres que no usan una crema específica para esa zona. Si el contorno no cuenta con la suficiente hidratación, el corrector se cuarteará con el paso de las horas y, además, marcará aún más las arrugas y líneas de expresión.

  • Color: la elección del color es clave para que el corrector nos brinde el efecto que buscamos. Tiene que ser lo más parecido al tono de tu piel y si o si tenés que probarlo en la ojera, no en la mano. Podes encontrar diferentes tonalidades indicadas para distintos tipos de ojeras, los beige son ideales para ojeras neutras, los más amarillos son para ojeras violáceas o azuladas y lo más naranjas para ojeras marrones. Muchas firmas de belleza ofrecen correctores de diferentes colores, por ejemplo, el verde se utiliza para disimular rojeces y granitos y el morado para unificar pieles con manchas o pieles amarillentas. Estos correctores de colores son especializados y no reemplazan el de uso diario del mismo tono de nuestra piel.

  • Aplicación: se coloca justo debajo del lagrimal y debe aplicarse sólo en la zona donde hay que emparejar el color, es decir en la parte más oscura. Uno de los errores más comunes es aplicar en todo el párpado inferior y a veces no es necesario, como también aplicar demasiada cantidad lo cuál hace que la ojera se note aún más porque la piel no llega a absorber tanto producto, es mejor aplicar una primera capa y luego retocar si fuera necesario. Se puede aplicar con pincel sintético o con pequeños golpecitos del dedo anular pero no deslizando, de ese modo evitamos que el corrector se corra y no cumpla su función de “cubrir”. Para tu makeup diario no recomendamos que cargues la zona de los párpados con base, ese truco es mejor dejarlo a un maquillador que sabe qué tipo de producto se aplica en cada tipo de piel y cuando y cuanto es necesario.

Iluminador

Este poderoso “haz de luz” destaca los rasgos faciales gracias a su fórmula ultra liviana que se funde con la piel y a sus pigmentos reflectores que crean volumen y claridad.

Por su formato en lápiz con pincel su aplicación es muy sencilla y permite ir aplicando el producto en capas para lograr el efecto de luz deseado. La clave es no extender el producto sino difuminarlo hasta fundirlo con la piel dando pequeños toques. Seguí esta guía para aprovecharlo al máximo.

  • En la mitad externa del párpado inferior subiendo hacia las sienes, este truco levanta completamente la mirada y es genial para retocar el makeup durante el día y quitar los signos de fatiga pero no es recomendable trabajarlo sobre el área de la piel donde haya arrugas ya que al contrario, las va a destacar aún más.

  • En el arco de cupido de los labios y en las comisuras inferiores sobre todo si optamos por un color intenso para dar mayor dimensión.

  • Debajo del arco de la ceja para agrandar el ojo y en el lagrimal para iluminar la mirada.

  • En los laterales de la nariz para iluminar el centro del rostro.

  • Sobre el puente de la nariz para llevar la atención hacia las zonas altas del rostro.

  • Para realzar los pómulos y crear dimensión junto con el color del rubor.


Nos gusta saber cómo aprovechas nuestros consejos, ¿sos team corrector o iluminador? ¡Te leemos!

 




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